Para o Luiz
deliciosos los huesos del ayer
se nos agarran a los dientes mientras amanece de nuevo
contamos porque corremos contra el tiempo y los demás
ayer
sabíamos dibujar perlas en un callejón oscuro
hoy
sabemos que todas las esquinas son iguales
pero los soles que las calientan son distintos
hoy
hemos desaprendido los gestos, las miradas
ya nadie descansa bajo el nido ajeno
nos hemos vuelto cínicos, huraños
nítidamente solos ante la inmensidad del otro y su misterio
convertido en amenaza de accidente, incendio, muerte
hoy
en la eterna risa vacía nos cegamos, nos negamos
a sentir en nuestra piel el llanto del que calla
porque no quiere o no sabe o no puede
porque la dignidad no depende del lenguaje
sino del corazón del que mira y (no) siente
¿Y mañana...?
ResponderEliminar¿Cómo son los huesos del mañana?
Contemplo y siento...
los huesos del mañana son rojos y difusos
ResponderEliminarcomo el viento del desierto
nada los detiene si se dirigen al sur del dolor
si irrumpen al norte del drama y se desnudan
a veces se doblan como muelles porque el futuro
es una espiral perfecta: estés donde estés
su progresión es sagrada,
sólo la mano de un sabio puede detenerla.