cubre
un manto blanco que sopla como
una brisa muerta
cansadamente reducida a menos
la nieve sobre ojos acristalados acalla como
emociones viejas
esos dedos como agujas
esos gestos de moho o acidez
antiguos verbos pastosos como
pintura al óleo en una boca nueva
en los huecos invisibles del blanco avanza
una brizna que
pequeñamente
grita que lo que fue ya fue y el agua
viene del mismo lugar y la gravedad
nos obliga a pelear cada segundo
de vida en dirección al sol
a despegar las alas aun con
el peso de las plumas y el barro y desear
la brisa fría que nos limpie aunque sea
a golpe de estalactitas caídas del
cielo o invierno
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