Te invito a una cirugía:
Coge el cuchillo del pan.
Córtame una rebanada de esternón.
Así.
Eso es. No hay dolor.
Así podrá salir la voz que susurra los desmanes.
Roja y chorreante.
Así podré verla.
Olfatearla. Y no odiarte.
Tú solo ven y asume mi mando.
Ejecuta.
Quizá la guarde en un tubo de ensayo.
La voz.
Y le mida la distancia.
Y la intención.
Pero ven.
Te invito a una cirugía.
Trae tu cuchillo del pan.
Es importante.
Lávate las manos y los ojos
E intenta no mancharte:
Los recuerdos rojos
Pueden ser imborrables.
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